Durante su visita a la región, el ministro de Educación, Gerardo Varela, junto a la subsecretaria de Educación Parvularia, María José Castro y la intendenta María Loreto Letelier recorrieron el jardín infantil “Tortuguita” de la JUNJI, donde pudieron apreciar cómo las niñas y niños aprenden de la Cultura Chinchorro, mediante diversas metodologías centradas en lo lúdico.
Las autoridades nacionales, acompañadas por la seremi de Educación Lorena Ventura; el senador José Durana y la directora regional JUNJI, Sandra Flores, destacaron el trabajo pedagógico que realizan educadoras y técnicas con la primera infancia destacando la calidad educativa que imparten.
Ministro de Educación, Gerardo Varela
En la oportunidad, el secretario de Estado agradeció a la directora del jardín Tortuguita, “porque es un privilegio venir a un jardín tan bueno como éste; gracias a la subsecretaria, también, que me trajo acá, diciendo que es uno de los mejores jardines infantiles de Chile”.
Por su parte, la subsecretaria, María José Castro, manifestó su emoción al ver “una comunidad comprometida, que se ve que quieren dar lo mejor por los niños y sus familias. Y tal como decía el ministro, para mí es particularmente emocionante vivir una ceremonia como ésta de un nuevo ciclo de vida, porque me hacer querer, comprender las culturas indígenas que a veces sabemos tan poco”
En tanto, la seremi de Educación, Lorena Ventura dijo que el ministro y la subsecretaria se empaparon de la cultura que se vive en este extremo norte del país, donde se hace Patria y como lo ha dicho el Presidente Piñera, los niños están primero.
Cabe mencionar que el proyecto educativo “Niños y niñas de Chile descubren las Momias Chinchorro in situ” que se desarrolla en el jardín infantil fue publicado, tras un concurso nacional, en el libro “53 Experiencias pedagógicas innovadoras, de Ediciones JUNJI.
Fiesta andina
Posterior al recorrido por la Cultura Chinchorro, fue desarrollada una gran fiesta andina, en el marco de la reciente celebración del Machaq Mara; festejo que incluyó la dramatización del cuento aymara “La pequeña Rosalía”, culminando con una alegre cacharpaya amenizada por una banda de bronce.