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El intendente (s) Raúl Gil, junto a jefaturas de Onemi, Vialidad y Obras Hidráulicas, realiza un trabajo preventivo, ante el pronóstico de nuevas precipitaciones para el norte.

Tras producirse las primeras lluvias estivales en el norte de Chile, el intendente subrogante de Arica y Parinacota, Raúl Gil González, realizó un recorrido preventivo por diversos puntos críticos de los valles de Azapa y Lluta, que podrían verse afectados por las precipitaciones y que se encuentran bajo la mirada permanente de la Oficina Nacional de Emergencias y del Ministerio de Obras Públicas.

La autoridad completó el trayecto en compañía de los directores regionales de Vialidad (s), Alvaro Núñez; Obras Hidráulicas, Walton O’Ryan; y de Onemi, Franz Schmauck.

En la oportunidad, el grupo revisó lugares donde el MOP ha realizado trabajos de mitigación para enfrentar las crecidas de cauces, zonas vulnerables que actualmente no cuentan con este tipo de defensas y además estableció coordinaciones para saber cómo actuar en escenarios potenciales de emergencia.

El intendente Raúl Gil explicó que desde el año 2019, cuando la región sufrió diversas afectaciones como consecuencia de las lluvias estivales, el Gobierno ha llevado a cabo un plan de reforzamiento de su infraestructura en distintos sectores sensibles al paso de las aguas, con el fin de “prevenir situaciones” y realizar “las mayores acciones para evitar daños en la población”.

Sin embargo, aclaró que la forma en que la región resista depende también en gran medida de “lo que la naturaleza nos tenga preparado” y llamó a las personas a no arrojar basuras a las riveras de los ríos que por un lado contaminan y por otro lado obstruyen la circulación de las aguas, lo que puede resultar muy complejo en caso de una emergencia climática.

El director de Onemi Franz Schmauck indicó que este recorrido es parte del Plan de Lluvias Estivales y del Plan Integral de Sistema de Protección Civil, pues permite “tener una visión global de qué estamos haciendo y cuáles son los avances en las obras de mitigación y conectividad vial”.

Este trabajo, agregó, “ayuda a evitar el aislamiento de las personas, genera acciones de logística para llegar con más rapidez a puntos que eran más complicados de alcanzar y mejora los tiempos de respuesta, lo que hace la diferencia entre la vida y la muerte”.

Explicó que, según los modelos predictivos de la Dirección Meteorológica de Chile y considerando la presencia del Fenómeno de la Niña, se esperan nuevas precipitaciones para este verano en la región.

Llamó a la comunidad a prevenir y actuar con responsabilidad pues “la naturaleza vuelve a sus cauces y somos nosotros los que generamos los desastres por asentamientos ilegales, viviendas y sembradíos en sectores que no corresponden”.

 

RECORRIDO

El recorrido consideró los siguientes sectores:

En Lluta: Las obras del embalse Chironta que cuentan con la estructura y el plan adecuados para enfrentar un fenómeno meteorológico. El badén de Sora que se ubica en la ruta 11-Ch, cerca del puente homónimo (entre Chapisca y Molinos). Fue construido después de las lluvias que dejaron a la región aislada el 2019. En el lugar se activó el cauce de una quebrada que atravesó el camino internacional y desembocó en el río Lluta.

En Azapa: Los puentes de las rutas A-167 y A-165, que atraviesan el río San José y conectan el camino de Azapa (ruta A-27) con la ruta A-139 (valle de Sobraya); y Quebrada de Las Llosyas, sector habitado del valle que el 2019 fue limpiado con maquinaria pesada, pero que en la actualidad acumula gran cantidad de basura.

En Arica: La quebrada de Caunire, que ha sido ocupada por campamentos ilegales entre la ruta 5 Norte y el borde costero.

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