“Gracias a Dios y a la Pachamama, el cielo se acordó de nosotros”. Éstas fueron las sentidas palabras del Presidente de la Asociación Indígena Alto Azapa y Consejero Nacional Aymara de los Valles Costeros; Tito Cruz, al referirse a las lluvias caídas en la precordillera y cordillera de la región durante la semana pasada.
Es que hasta hace un par de semanas, la situación era crítica para los agricultores del Valle de Azapa, ya que el agua embalsada en las lagunas Cotacotani, que abastece al canal Lauca y al Azapa, alcanzaba para 58 días de riego, en circunstancias que, por ejemplo, el tomate tiene un ciclo de 180 a 190 días de cultivo.
El dirigente agrícola explicó que la escasez hídrica no solo podría significar la pérdida de cosechas, sino además conflictos entre los propios agricultores por el mal uso del agua. “Ahora estamos más tranquilos, ya que nuestro trabajo y economía se estabiliza, porque si hubiésemos seguido en la misma situación de hace 15 días atrás, no hubiéramos tenido más opción que reducir cosechas y sostenernos económicamente con eso”, recalcó Cruz.
2017 ya registra un 47% de las precipitaciones del año pasado
El Seremi de Agricultura; Miguel Saavedra Palma, manifestó que anteriormente los agricultores del valle dejaban descansar la tierra durante la época estival, pero hoy la producción de hortalizas y en invernaderos se realiza durante todo el año, por tanto, el hecho de que viesen reducido a un 60% el agua que reciben para riego, medida tomada por la Dirección de Obras, del Ministerio de Obras Públicas (MOP) Hidráulicas y en acuerdo con la comunidad de aguas canal Azapa, era importante para asegurar 100 días de riego, en un momento crítico.
“Hace dos semanas días, el Cotacotani estaba a un 15% de su capacidad total. Hoy está en un 18%, asegurando, con un caudal de 650 litros por segundo, un total de 70 días de riego, lo que nos tiene muy contentos por nuestros agricultores”, explicó la máxima autoridad del agro en la región, quien recalcó que se espera que estas lluvias continúen.
El Seremi Saavedra aclaró que hoy vivimos al fenómeno de “La Niña”, que rompe el ciclo de escasez de recursos hídricos y supone un verano más lluvioso y que, de continuar lloviendo y bajando el Río San José, esto beneficiaría a las napas subterráneas del Valle de Azapa y haría que, en el altiplano, a los pies del volcán Parinacota, aumente el volumen de aguas disponible en las lagunas Cotacotani “La Pachamama nos está ayudando”, concluyó Saavedra.